Entrevista Ingrid Rubio

Ingrid Rubio es una de nuestras actrices más internacionales. Desde que empezó en la serie catalana Secrets de família, no ha dejado de trabajar, teniendo tras sus espaldas largometrajes como Noviembre, El alquimista impaciente, Que se mueran los feos o La estrella. Con un Goya en su poder por Más allá del jardín, ahora estrena Ciudad delirio, la última película de Chus Gutiérrez, donde interpreta a Paloma, un personaje secundario que cambiará la vida de Julián Villagrán.

«Sentí una gran nostalgia cuando volví de Calí»


Ingrid Rubio/Por: Amanda Gil.


En la película no tienes ninguna escena de baile, pero al ir a Calí, ¿te has animado a aprender o a practicar?

Como tú bien dices, Paloma, mi personaje no tiene ningún tipo de responsabilidad en el baile, ella se mueve como puede y ya está (risas), aunque es cierto que lleva varios años afincada en Calí y conoce los pasos. Con lo cual, como personaje, responsabilidad cero. Sí es cierto que mi papel es muy secundario y tan sólo trabajaba quince días, pero me hicieron estar un mes y pico. Claro, pensé que era mucho tiempo libre y a mí me encanta bailar, de hecho en La estrella bailo flamenco y les pregunté si podía tomar clase de salsa y me dijeron que sí. Además a mí me encanta el deporte y bailar y allí la salsa es un deporte, para relacionarte más.

Es como un estilo de vida.

Absolutamente, como puede ser el flamenco aquí.

Exacto, es cierto.

Total, que los días que no trabajaba por la mañana me hacía un buen desayuno y me tiraba cuatro horas bailando con un par de descansos de por medio y me moría de la risa. Porque esta salsa se diferencia de las otras, en la velocidad. Es diez veces más rápida que la salsa cubana o que en el resto de Colombia.

Sobre todo hay una gran rapidez en los pies, que cuando estas viendo bailar ni los ves.

Sí, sí, es verdad. Tú imagínate, me hacía unos líos que me moría. Así que sí que tuve la oportunidad. De hecho quise retomarla aquí y es muy complicado encontrar clases de salsa caleña. Porque claro, una vez que pruebas ésta, no quieres la otra porque esa es más lenta y a mí me gusta el meneo (risas). Entonces, por Bibiana, la campeona mundial de salsa que está en la película, me consiguió un contacto en Madrid y ahora las retomaré.

Claro, llegarías con una nostalgia increíble.

Absoluta, porque aquí se baila pero no tiene nada que ver con la de allí y como ves a la gente en la calle, se diferencia mucho.

Es que también tienen un carácter muy diferente a nosotros, y eso también se refleja en el baile. Allí, a pesar de las circunstancias, tienen un carácter super vitalista, alegre, sacan fuerza de donde haga falta.

Eso que estás hablando se refleja muy bien en la película.

E imagino que notarías un cambio brutal de estar allí al volverte.

Lo noté, fue un bajón. Encima llegué y era invierno (risas)

Entonces, ¿repetirías la experiencia?

Sí, por supuesto.

Y, ¿algún otro país que te gustaría viajar de Latinoamérica?

He viajado mucho por Latinoamérica, conozco mucho. He trabajado por Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Venezuela, Panamá.

¿Habías oído hablar anteriormente de Calí o tenías alguna imagen de la ciudad?

Tengo amigas actrices caleñas que trabajan aquí y me han hablado maravillas, Juana Acosta, por ejemplo.

Y, ¿las expectativas se cumplieron?

Absolutamente.

Tu personaje es muy tierno, porque ejerce la medicina en plena calle ayudando a los niños de ahí.

Paloma es médico de medicina primaria y lo que hace ella es estar a pie de calle con la gente pero luego también tiene su consulta. Es vocacional. Luego, además, es una mujer que tiene buen humor, vitalista, divertida, que se ha adaptado a las costumbres y al medio caleño y ya lleva años. Es un personaje que no tiene ningún conflicto y es una maravilla de vez en cuando hacer un papel así. Además para Javier (Julián Villagrán) que está en un momento de katarsis tanto en su propia profesión, como emocional con su pareja, Paloma funciona un poco como ese impulso que le falta a él para dejar al todas esas inquietudes y miedos que tiene y se dé cuenta de que sólo se vive una vez.

Ingrid Rubio es Paloma en Ciudad Delirio


Paloma es totalmente opuesta a Javier ( Julián Villagrán) porque él es un médico de éxito que va a congresos, que gana su dinero, pero su trabajo no es tan vocacional como el tuyo.

Así es.

Luego, él no es feliz con todo ese trabajo a las espaldas y en cambio tú sí que lo eres con, en un principio, mucho menos.

De hecho en la película se ve que hay una escena en la que no estoy en la consulta porque estoy haciendo unas gestiones y él se ve en la tesitura de salvar a alguien sí o sí. Este es el detonante para que él se dé cuenta de lo que estudiábamos en la facultad que era salvar vidas. Él ahí se da cuenta de esto, y le remueve y se plantea todo.

Y las escenas con los niños imagino que habrá sido una maravilla rodarlas.

Sí, la verdad es que sí. Aunque todas las escenas han sido geniales porque la verdad es que para mí ha sido una experiencia maravillosa. He trabajado con Chus (Gutiérrez) a la que admiro como cineasta, me gusta mucho las películas que hace, con Julián (Villagrán) que tenía muchas ganas y como compañero lo ha puesto todo muy fácil, a Carolina Ramírez la había visto en televisión en La pola cuando estábamos rodando en Colombia El corazón del océano y pensaba: “Ay qué actriz más divina”, el elenco, la suma de todo y volver a ese país. Reencontrarme con Ana Costa, la vestuarista, que somos como hermanas. Vamos, a mí me dicen, volvemos mañana y  no me lo pienso.

¿Con qué momento vivido en Calí te quedarías? ¿Hay alguna anécdota que recuerdes con cariño?

Hubo un día que nos fuimos todo el equipo a un concierto, vienen de todas las regiones y tocan su música autóctona. No recuerdo como se llamaba el evento, pero nos fuimos todos y estábamos riendo y bailando. Nos lo pasamos muy bien. Hay muchos momentos. Hay una secuencia de la película que a mí me encanta que es cuando está este personaje tan auténtico y peculiar, el padre de la protagonista, que está con su tocadiscos y está pidiendo bailar a esas parejas. Es un momento que a mí me produce mucha ternura.

¿Qué próximos proyectos tienes a la vista?

Se está gestando uno del que todavía no puedo hablar, pero parece que irá todo para adelante. Estoy muy confiada y contenta.  

Gracias, Ingrid. 

Os dejo con el tráiler de la película.



                                                                                               Laura Alfaro/Amanda Gil
                                                                                          @lauraalpi @amandagil9 @nuestraficcion

Entrevista Julián Villagrán

Julián Villagrán está imparable. Tras protagonizar películas como Extraterrestre, Impávido o ¿Quién mató a Bambi? y ganar el Goya a Mejor actor de reparto por Grupo 7, ahora se pone en las manos de Chus Gutiérrez en su última película Ciudad delirio, que se estrenó hace unos días en cartelera. Un film sencillo, alegre y optimista donde Villagrán comparte cartel junto a la colombiana Carolina Ramírez e Ingrid Rubio. Julián, nos habla de Ciudad delirio, de su experiencia de rodar en Calí, y de sus próximos proyectos.

«Mi personaje tiene un patosismo encantador»


Julián Villagrán/  Foto: Amanda Gil



Es una película con muchas escenas de baile, con coreografías muy complicadas las cuales requieren mucho esfuerzo y aprendizaje. ¿Cómo ha sido este proceso de aprender a bailar y a moverte?

En cuanto llegué me pusieron un profesor de baile y también aprendí observando, yendo a garitos a los que me llevaba Chus (Gutiérrez) por Calí, conocimos un montón de sitios. Pero afortunadamente mi personaje baila mal, así que no lo tenía tan difícil.

Bueno, no creo que baile tan mal. Tiene su estilo.

Su patosismo encantador (risas)

¿Tenías conceptos anteriores de baile?

Sí, estudiando en la escuela de interpretación hice clásico y contemporáneo. También de niño bailaba break dance, he sido dj… He bailado mucho en mi vida pero nunca ritmos así más caribeños, como es la salsa, que es más sensual, tienes que coordinarte con una persona, mover las caderas, tienes que manejar porque es el hombre quién lo hace y eso es mucho más complicado.

Además estás relacionado con el mundo de la música, por ejemplo tocas la guitarra. Así que hacer una película de estas características en la que además se añade el baile habrá sido una añadidura más para tu carrera.

Sí, porque toda la vida he tocado la guitarra y he sido músico. Ahora tengo un grupo que se llama Nikaenen, el 18 tocamos en la sala Siroco un LP llamado La mano deKing Kong. Siendo músico ya me llamaba la atención la salsa y cuál es mi sorpresa que al llegar a Calí me enamoró completamente de este estilo. Ahora, a veces, lo escucho y bailo en mi casa . Me encanta.

Descubres un hobbie.

Sí, sí, totalmente.

¿Y qué tipo de música tocas con tu grupo?

Pop.

Actores de Ciudad delirio

A parte del baile, la experiencia de trabajar fuera, en Colombia, ¿cómo ha sido?

Esta fue una de las cosas que más me llamó la atención de este proyecto y el hecho de viajar a Colombia y conocer Calí que tenía muchas ganas. También me gustó el hecho de hacer de galán porque nunca me había visto así, ni me lo habían ofrecido y si lo hacen bienvenido sea.

¿Y Calí es realmente como se representa en la película? La gente tan optimista y vitalista…

Es una ciudad enorme. La zona en la que he estado es muy amplia y es totalmente segura y buen rollera. Hay muchos sitios para bailar, no es nada peligroso y luego tienes otras partes por las que no puedes ir. Pero bueno como en Sevilla que no entras a Las tres mil viviendas. Es cierto que existe esta zona en Calí y yo creo que es uno de los motivos por los que ha triunfado tanto esta película, siendo la más vista ahí este año. Ellos están acostumbrados, en el poco cine que tienen, a tratarse más la parte violenta, de narcotráfico, de muerte. En cambio esta película retrata algo mucho más blanco, más positivo, más colorista y más vitalista, que es algo muy real. Los colombianos celebran la vida cada día, también por la situación que han vivido. Se relacionan mucho a través de la música y el baile.

¿Anteriormente habías oído hablar de Calí? ¿Te sorprendió?

Tengo algunos amigos de Bogotá, otros de Barranquilla y de Medellín pero no había oído hablar mucho de Calí. Es una de las capitales mundiales de la salsa, que es más rápida que cualquier otra. El bar Delirio demuestra esto. Pero a mí sobre todo lo que más me gustaba era la vieja escuela, que son las personas más mayores, la música antigua y como ellos bailan. No es tan virtuoso pero tiene mucho amor, elegancia y estilo. Es lo que más me gustaba.

¿Qué tal trabajar con compañeros de fuera? Porque aquí en España os conocéis prácticamente todos pero cuando traspasas la frontera…

Me he llevado muy buenos amigos, he tenido una gran suerte con ellos. Carolina Ramírez es una compañera que me ha cuidado mucho, que ha estado muy pendiente de mí, Jorge Herrera, el señor mayor, también. Además, le conocía porque era muy fan de Betty, la fea y él hacía de padre. Para mí fue un placer.

Julián Villagrán y Carolina Ramírez en una de las escenas de la película


Llegamos a la conclusión que es una experiencia que repetirías.

Estoy deseando volver.

Tras la experiencia, ¿te gustaría trabajar en algún país en concreto?

En toda la Latinoamérica me gustaría. He hecho una película también en México y me gustaría seguir trabajando por ahí, la verdad.

A pesar de los problemas por los que pasa tu personaje, tanto profesionales como personales, a mí me da la sensación que se muestra muy optimista desde el principio. La prueba está en que llega a Calí y no tarda mucho en adaptarse.

Al principio le cuesta un poco entregarse.

Pero tampoco se hace mucho de rogar (risas)

Ya, digamos que pasa por un momento en que lo conoce y le encanta y el que también influye mucho el alcohol (risas). Pero, al principio, cuando todavía no ha bebido, le cuesta mucho bailar y no quiere. Dice que no sabe bailar que es un poco lo que nos pasa cuando llegamos ahí. Pero lo bueno, es una frase que se dice en la película que es: «Escucha tu intuición, siente la música y déjate llevar». Esto también puede trasladarse a la decisión de cambiar su estilo de vida.

¿Hay alguna anécdota del rodaje que te gustaría comentar?

Lo más bonito que me pasó creo que fue conocer a los niños, todas las escenas y ensayos con ellos. Era alucinante la vitalidad que tienen, lo agradables y risueños que son. Hubo un gran feeling tanto ellos conmigo como viceversa. Fue increíble.

Cambiando un poco de tercio, hace dos años ganaste el Goya. ¿Cómo ha repercutido esto en tu carrera?

Hombre, tampoco hay mucha diferencia, creo que igual ha influenciado en que estoy haciendo más protagonistas. Pero antes del Goya ya hice Impávido o Extraterrestre y en ambas tenía un personaje principal. Esto es una carrera de fondo, realmente.

Para terminar, ¿qué proyectos nos puedes adelantar?

He hecho una película hace un par de meses en la que he tenido un papel muy pequeñito, llamada Wild Oats con una producción norteamericana. En ella, he rodado con Jessica Lange y Shirley MacLaine. Ha sido una experiencia muy guay. Y luego otra película de Iñaki Lacuesta que se estrena en San Sebastián en Sección Oficial pero fuera de concurso que se llama Vivieron por encima de sus posibilidades. También llevamos a San Sebastián un corto dirigido por Paco Plaza y protagonizado por mí y por Maribel Verdú. Luego, hay otra película que no puedo hablar de ella.

Muchas gracias, Julián.

A vosotras.  

Os dejamos con el trailer y una foto de la directora con los actores.


Julián Villagrán, Chus Gutiérrez e Ingrid Rubio/ Foto: Amanda Gil




                                                                                                 Amanda Gil/Laura Alfaro
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