Crítica Perdiendo el Norte

Julián López, Blanca Suárez, Yon González y José Sacristán en Perdiendo el Norte
 
Este fin de semana ha llegado a nuestras pantallas la última película de Nacho García Velilla, conocido director y guionista de series como Siete vidas, Aída, o películas como Fuera de carta. Con Perdiendo el Norte, nos propone una crítica a la triste realidad que vivimos: jóvenes que emigran en busca de trabajo y oportunidades más allá de las fronteras de España, como ya hicieron sus abuelos en Vente a Alemania, Pepe!.Todo desde un punto de vista cómico, ese género que a lo largo de su carrera ha dejado claro que sabe manejar, mascar y proyectar.
Hugo (Yon González), joven licenciado y con un master carísimo, está cansado de no encontrar trabajo por sí mismo, y es que podría colocarse en la empresa del padre de su novia Nadia (Ursula Corberó), pero sabe de sobra que este señor no le tiene mucho aprecio. Lo mismo le ocurre a su amigo Braulio (Julián López), que acaba de perder una beca de investigación, y es que los recortes llegan a todos los sectores. Hartos de la realidad en la que están inmersos, siguen los cantos de sirena de un programa de televisión tipo “Españoles por el mundo”, y acaban aterrizando en Alemania. Pronto descubrirán que las cosas allí no son lo que parecen y deberán tragarse su orgullo para trabajar en un Kebab.  
Completan el reparto Javier Cámara y Carmen Machi, padres de Hugo, Blanca Suárez, Miki Esparbé, José Sacristán, Malena Alterio y Younes Bachir, todos emigrantes también en el país de las “oportunidades”. Sin olvidar los cameos de Arturo Valls o Chicote.
Sin duda alguna, a pesar de que el protagonismo recaiga en Yon y Blanca, pareja con química ya demostrada años atrás, y que vuelven a sacar a la luz en esta ocasión, los reyes de la película son Julián López y Miki Esparbé. El primero borda el papel de cerebrito torpe, consiguiendo que el público empatice con él riendo en cada situación surrealista que vive, y Miki, porque sin duda va ser un gran descubrimiento para muchos, y además nos hace soltar carcajadas en numerosas ocasiones, con un personaje que podría haber quedado ridículo pero sabe controlar.
Ursula Corberó, correcta en su interpretación, sin sorpresas. Lo mismo ocurre con Malena Alterio, que realiza un buen trabajo, tal y como nos tiene acostumbrados. Los que también brillan, con menos apariciones en pantalla –por desgracia-, son Javier Cámara, Carmen Machi y Sacristán. Maestros de la interpretación en todos los géneros y que una vez más, demuestran que son capaces de hacer realidad cualquier línea de guion que sale por su boca.
A pesar de la química y  el protagonismo, Blanca Suárez y Yon González, nos dejan a medias en ciertas escenas. Aun así no salen mal parados, incluso hay ocasiones en las que parece que han nacido para la comedia. Seguramente con el tiempo y trabajo, nos regalarán, al igual que sus compañeros de reparto, momentos divertidos para el recuerdo.
 Quizás, parte del público sienta que tratar con tanta “guasa” un tema así, no es lo correcto, pero Perdiendo el Norte, con sus altibajos, que los tiene, una fotografía cuidada, un Berlín navideño y mucha frescura, nos regala un poco más de hora y media llena de risas aseguradas, y tal y como está el patio, es de agradecer. Todo aquel que quiera pasar un buen rato, que se deje caer por el cine.
 
                                                                                                                           Amanda Gil Conesa
                                                                                                                           @amandagil9 @nuestraficcion