El musical La llamada, dirigido y escrito por los actores Javier Ambrossi y Javier Calvo, se ha convertido en un gran éxito y en una de las grandes sorpresas en el ámbito teatral. Lo que empezó siendo un espectáculo pequeño e independiente ya ha recorrido media España recibiendo una gran cantidad de elogiosas críticas. Ahora comienza su tercera temporada en la que repiten como protagonistas Macarena García y Anna Castillo, que entró en la segunda.
Hablamos con Anna, a la que hemos visto en películas como Promoción fantasma o en series como Amar es para siempre, para que nos cuente cómo espera esta tercera temporada y cuáles cree que han sido las claves de esta obra para que hoy en día siga cosechando éxitos.
«A mí Dios siempre me había parecido otra cosa pero es que éste encima te canta Whiney Houston»
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Anna Castillo/ Foto: Sergio Navarro |
¿Qué es lo que hace que La llamadasea un espectáculo tan diferente y especial?
Para empezar porque creo que no es un musical al que estamos acostumbrados a ver. Es bastante diferente. También por la frescura que tiene, nosotras intentamos hacerlo de la manera más fresca y natural posible. Lo disfrutamos muchísimo encima de un escenario y creo que esto se transmite. Entonces la gente sale de muy buen rollo y hace que quiera compartirlo con todo el mundo y esto es lo que hace que este musical sea tan especial.
Salen con ganas de bailar.
Claro, con ganas de fiesta (risas)
Tú entraste más tarde a la obra, antes eras cover, creo, de Andrea Ros. ¿Puede ser?
No, Andrea Ros se tuvo que ir al empezar la obra y me llamaron para que lo hiciera yo, pero nunca había visto La llamada. No tenía ni idea.
Entonces, ¿no estuviste en la anterior?
A ver sí, llevo aquí desde diciembre del año pasado. Estuve un mes en el Teatro Lara, me hice toda la gira y ahora volvemos aquí. Andrea Ros empezó la temporada pasada en el Lara y se tuvo que ir, entonces me llamaron los Javis (Ambrossi y Calvo) y me dijeron que tenía que sustituir a Andrea.
¿No habías visto la obra con Andrea Ros?
La tuve que ver para aprender lo que era, pero todo muy justo de tiempo.
¿Cuándo la viste que sensación te dio? ¿Qué te sorprendió de ella?
Flipé. Recuerdo la sensación del final, de estar de pie en platea aplaudiendo como una loca, con unas ganas de vida y de fiesta. Esta obra no critica nada es todo el rato una defensa de lo bueno, de vivir, de luchar… Entonces, es como que te da una energía y un subidón bonito y esto es lo que más me gusta.
Esta obra al tocar temas religiosos, ¿crees que pueden haber algunos sectores más conservadores que se puedan mostrar en contra?
Nosotras hemos ido por todos los pueblos de España y teníamos un poco de miedo de esto, porque decíamos: «Prepárate para que alguien se levante». Pero es verdad que es una obra muy respetuosa hacia los dos lados. Te diré que algún señor mayor de algún pueblo perdido que no entendía porque estábamos en bikini se largaba pero, en general, no hemos tenido ningún problema. De hecho, ha venido mucha gente de la iglesia que les ha encantado. Tengo una tía que es monja, que vino a verla, salió feliz y quiere que la hagamos en su colegio de salesianas y encantados.
También podéis observar como con esta obra que la iglesia no queda tan lejos y se puede hacer humor y disfrutar con todo.
Claro, y está muy bien reírse de todo, desde el respeto.
Cuando leíste el guión, ¿cuál fue tu primera reacción al ver que tenías que cantar, bailar, actuar…?
Cantar y bailar me dio un poco de respeto porque, aunque me encanta hacerlo, de manera pública me da un poco de vergüenza. Pero flipé cuando leí el guión de lo natural que era todo, está escrito muy bien. Normalmente cuando haces una película o una serie, en mi caso, se escribe, pero no hablado, sólo sobre el papel. Esto está escrito como si estuviesen manteniendo una conversación en ese momento y muy fresco. Me pareció increíble que te permitan hacer esto, poder hablar como si lo estuvieses haciendo con tus amigas y lo quería hacer cuanto antes.
Pero, ¿primero viste la obra o leíste el guión?
Primero el guión y luego lo vi.
¿Vistes diferencias o era tal cual lo plasmaba el guión?
Era como me lo había imaginado. Está muy bien escrita, y la han escrito ellos (Javier Ambrossi y Javier Calvo) y creo que a base de imaginación, o sea que imagínate.
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Anna Castillo y Macarena García, protagonistas de La llamada/ Foto: Sergio Navarro |
Cuando oyes hablar de La llamada y no la has visto, lo primero que se te viene a la cabeza es la película de Sister Act.
¿Sí? A mí no me da esa sensación para nada, la verdad es que cuando lo leí pensé en una cosa distinta.
¿En qué pensaste?
Pensé en un rollo mucho más juvenil. También es verdad que cuando me hablaron de La llamada y leí el guión, no sabía que iba de monjas. Veía una cosa como dos chicas que cantan, bailan, ríen, como algo más juvenil, pero luego claro, tiene el parecido de que son monjas y cantan. Pero no tiene nada que ver.
Anteriormente te había visto cantar, por ejemplo, en Promoción fantasma, entonces aquí, vuelves a hacerlo pero bailando, actuando y con muchas dificultades añadidas.
Nunca me he dedicado a cantar, pero sí que es verdad que me salen proyecto en los que he de hacerlo. Es una cosa con la que tengo que lidiar porque no es mi terreno y me siento un poco insegura. Pero me mola el hecho de pensar: «Venga hazlo, con dos cojones».
¿Te imaginaste alguna vez un Dios como el de esta obra?
No, bueno, es muy británico. A mí Dios siempre me ha parecido otra cosa pero es que encima me canta Whitney Houston y eso enamora cualquiera.
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Anna Castillo, interpretando a Susana en La llamada |
¿Cómo se siente una cuando además de actuar dentro del escenario, salga a las butacas y se ponga a bailar entre los espectadores?
Es muy guay, porque hacer participar al público es algo que me parece increíble. Cuando lo veo desde fuera, a mí me gusta que el actor interactúe contigo en algún momento, no durante la obra porque sales de lo que es pero sí que se diga: «Oye mira, me lo estoy pasando de puta madre y quiero que tú te lo pases igual conmigo». Esto me parece muy bonito.
¿Tú alguna vez has vivido algún campamento de esta manera? ¿O te imaginabas que pudiese ser tan divertido?
No, vivía campamentos de verano cuando era mucho más pequeña, entonces, era distinto. Era más de tirarte globos de agua y ginkana. No venía Dios (risas). Pero, claro, mi personaje, Susana Romero, que está en este campamento un poco obligada y que supongo que está harta de los globos de agua y que de repente que pasen estas cosas es que le da un subidón.
Esta obra ha tenido buenísimas críticas tanto de los periodistas como del público. ¿Hay alguna que recuerdes con especial cariño?
A mí en Barcelona, que es mi casa, vino T de Teatre que es una compañía que me encanta desde siempre y recuerdo que hicieron unos tweets preciosos, que me mencionaron y me empezaron a seguir y yo contentísima. Andreu Buenafuente dijo que era lo mejor que había visto en teatro en mucho tiempo y era como: «Joder, como puede ser que gente a la que admiro tanto digan esas cosas de esta función». Recuerdo las críticas de Barcelona con mucho cariño.
Esta obra estuvo en Moscú, ahora se va a México, ¿qué expectativas tenéis?
Nosotras no vamos a México, van los Javis (Ambrossi y Calvo) a dirigirla con actores de allí. Lo que quiero es que arrasen, que vayan a Broadway y que nos lleven a nosotras.
¿Hay algún sitio donde os gustaría representarla?
Nueva York. Nos queremos ir a Broadway y lo vamos a conseguir algún día. Pero, en realidad, hemos estado en muchos pueblos y ciudades de España, en Moscú y en todos los sitios ha sido increíble.
Claro, es que está obra comenzó siendo muy pequeño e independiente y de repente se ha convertido en un fenómeno.
Y nadie se lo esperaba.
Sí, ha sido una sorpresa, y además que te llamen para formar parte de este gran éxito.
Cuando llegué tampoco sabía ni de dónde venía ni iba y fue un déjate llevar y a ver qué tal. Ha ido sobre ruedas y a ver cuánto dura, ojalá muchísimo.
De la primera a la segunda temporada ha habido cambios. ¿Veremos también en la tercera?
La escenografía es diferente. Hemos añadido algunas cosas, la coreografía. Va a seguir siendo la misma pero sí que es verdad que hay algunos cambios. Pero cada representación es un mundo y nos vamos a dejar llevar a ver qué pasa.
Como última pregunta. ¿Qué proyectos tienes en mente?
Sigo trabajando en Amar es para siempre, La llamada y termino las dos cosas en enero y a partir de ahí a ver qué pasa. Tengo alguna cosita en el aire.
Gracias Anna.
Laura Alfaro/Sergio Navarro