Crítica Fin

 
 
 
 
Mañana llega el fin del mundo según los mayas y con esa idea se estrenó hace unas semanas una de las grandes apuestas del cine español de 2012: ‘FIN’. Es una película que ha hecho mucho ruido antes de llegar a nuestras pantallas, con unos anuncios y unas promos espectaculares. Hay mucha gente que no le gusta ver los trailers porque cuentan los mejores momentos, los más impactantes y luego ves la peli desinflada. Eso es lo que ha pasado con ‘FIN’, que era todo tan espectacular y atractivo que luego la ves y sólo tiene eso. La publi ha hecho que esto sea algo muy grande cuando tampoco es para tanto.
‘FIN’ comienza con la típica estructura de «un grupo se reúne, se va a una casa de campo, ahí pasan cosas raras, y los amigos van despareciendo/muriendo» hasta el final. Eso lo hemos visto en pelis como ‘El proyecto de la bruja de Blair’ o ‘XP3D’, sólo que mientras en éstas encuentras alguna justificación a todo lo que va pasando, en ‘FIN’ que nadie lo espere porque se quedará con las ganas. Igual dicen aquello de «no, es que hay que reflexionar». No. No hay nada que reflexionar. No se explica nada.
Lo que ocurre es que parece que el mundo se acaba y sin más, en cualquier momento la gente desaparece. ¿Por qué? Porque es ciencia ficción y todo vale. Desaparecen algunos, pero los primeros parece que han desaparecido por motivos naturales (se cansa de su mujer y se va, se cae por un precipicio, hay arenas movedizas…), por lo que parece que vaya a haber una justificación, o que por lo menos el resto de personajes intenten querer conocerla. Porque no parece que sea por arte de magia. Pero de repente, yendo en bici, un personaje desparece, se giran los demás, ven que sólo está la bici en el suelo y…. ¿no se asoma nadie por la montaña a ver si se ha caído? Nada. Ha desaparecido y punto.
Esto que digo no quita para que podamos disfrutar en la película de unas escenas brutales (sí, las que nos enseñan en el tráiler), como las de los animales corriendo al principio, el coche accidentado en la montaña y muchas más. Lo que no entiendo es por qué han juntado actores tan buenos como Clara Lago, Maribel Verdú o Daniel Grao frente a otros como Blanca Romero o Andrés Velencoso que hacen que chirríe mucho cuando se crea el contraste en una secuencia que aparece alguno de un bando junto a otro del otro.
Ah, dos observaciones finales: los perros ésos corren más que los protas en bici; y Maribel Verdú no tiene ningún sentido que se vaya hacia el león. ¿Tenían ganas de león? Pues un león en la película. Pero que alguien me cuente la justificación.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Sergio Navarro