La importancia del cómo (y de los miércoles)

Si nos preguntan qué significan los miércoles para nosotros y en qué influyen en nuestra vida, la mayoría tendríamos una respuesta bastante clara: Ninguno. No es un lunes, que siempre es el más odiado ni un deseado viernes. Me aventuraría a decir, que es un día que para el 90% de nosotros no tiene la mayor importancia, pasa totalmente desapercibido.

Pero, ¿y si los miércoles realmente no existiesen? ¿Y si es un día en el que se nos permite hacer locuras, cometer errores, fracasar y levantarnos sin que nadie se entere, sin que influya en el resto de nuestras vidas? Bajo esta premisa el director Peris Romano plantea una comedia coral de treintañeros en un momento complicado de su vida. O quizá no sea realmente un momento complicado: quizá los complicados seamos nosotros. O quizá la única complicación que existe sea la vida. Y los miércoles.

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María León, Gorka Otxoa, William Miller, Alexandra Jiménez, Eduardo Noriega y Andrea Duro, reparto de Los miércoles no existen.

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Entrevista Martiño Rivas

Tras su éxito en El internado, serie que le dio a conocer y le convirtió en uno de los rostros en punto de mira, Martiño Rivas se mantuvo alejado durante unos años de los focos, de las televisiones y del cine. Hasta que el año pasado pudimos volver a verle en las series El don de Alba, Romeo y Julieta o interpretando al becario atractivo que conquista a Inma Cuesta en la comedia Tres bodas de más, la última película de Javier Ruiz Caldera.

Ahora estrena Por un puñado de besosdonde comparte protagonismo con su compañera Ana de Armas, con la que ya trabajó en El internado, siendo uno de los reencuentros más esperados. La película dirigida por David Menkes nos habla del amor adolescente más puro.

«Trabajar con Ana de Armas ha sido como volver a la oficina después de unas largas vacaciones»


Martiño Rivas


Laura Alfaro: Es una película en la que es muy necesario el feeling o la conexión entre los dos protagonistas por los diálogos que tiene y por lo que deben de transmitir al espectador. Esto es algo que consigues con Ana de Armas.

Era un paso necesario. Para contar una historia de amor tiene que haber una cierta afinidad o cierto grado de compenetración entre los dos protagonistas. En este caso para mí fue muy sencillo porque Ana es una actriz super fresca, tiene muchísima energía y tiene mucha verdad, entonces trabajar con ella es muy fácil y te hace ser mejor actor. Luego, todo esto ya lo habíamos construido antes sólo había que volverlo a sacar a la superficie de algún modo. Para mí fue como volver a la oficina después de unas largas vacaciones, que la gente vuelve distinta, uno se ha cortado el pelo, otro se vuelve más moreno, pero al fin y al cabo, las caras y los gestos son los mismos y eso había que retomarlo en el punto donde lo habíamos dejado.

Laura Alfaro: Son dos personajes muy opuestos pero que a la vez se complementan. Ella a pesar de estar enferma está llena de vitalidad, quiere vivir, es muy optimista. En cambio, tu personaje que en un principio no tiene ningún problema es más cerrado, tiene más miedo frente a la transparencia de ella.

Él tiene mucha reticencia por otros aspectos, por haberse comportado como lo ha hecho en el pasado y a mí precisamente esto era lo que me parecía más interesante a la hora de trazar o abordar este personaje el hecho de esas fuerzas opuestas, ese querer pero no, ese decir pero no, eso me parecía muy interesante. Luego había que conservar misterio porque yo creo que en determinados momentos mi personaje funciona como un instrumento narrativo para un punto de giro del guión, entonces suministrar esa información en la justa medida para que el espectador entienda que hay algo turbio detrás de este tío pero no enseñarlo tanto como para que los demás personajes puedan percibirlo. Esto me parecía un equilibrio delicado.

María del Saz: Tu personaje Dani tuvo una ruptura anterior porque antepuso el trabajo antes que al amor, ¿tú crees que las personas deberían tener más prioridad hacia el amor?

Estamos dando por hecho de que el amor sólo puede existir entre tú y otra persona. Creo que mucha gente puede estar verdaderamente enamorada de su profesión, de su trabajo, de sí mismo. Todo vale mientras respetes al resto y no causes males a los vecinos (risas). Cualquier cosa que te haga feliz funciona. Hay que buscar la felicidad en diferentes sitios, áreas y facetas de la vida.

Martiño Rivas y Ana de Armas


Clara Reynes: ¿Cómo has abordado el hecho de que tu compañera de escena represente a una persona con sida? Porque yo creo que es una prioridad y lo que le da a la película un aire diferente.

En realidad es algo que les separa en un momento concreto pero no estábamos haciendo una película de cine social ni estábamos intentando retratar el día a día de la enfermedad sino que simplemente es algo que se interpone entre los dos pero podría haber sido eso u otra cosa. Lo importante era transmitir que estos dos personajes hubieran encontrado a su alma gemela de algún modo, o la persona con la que quiere estar y cómo superan estos obstáculos o dificultades para al final acabar juntos o no. Lo que sí que me preocupaba es que teníamos cierta responsabilidad de cara a toda la gente que padece una enfermedad o les toca de algun modo porque un familiar o un amigo la tiene. Entonces teníamos que ser respetuosos y contar la historia cómo se merecía. Pero a partir de la primera lectura y de conversaciones posteriores con David (Menkes) vi que estaba enfocando esto hacia un lugar muy honesto y con mucha sensibilidad, entonces esa preocupación, en mi caso, desapareció ya.

Laura Alfaro: Hay escenas cargadas de filosofía, de reflexiones sobre la vida, algunos momentos con magia… ¿con cuál te de ellas te quedarías?

No hay ninguna en concreto. Lo que sí es que me sirvió un poco para indagar por Madrid y zonas por las que yo suelo pasar y de repente verme ahí trabajando. Me resultó curioso poder redescubrir esas nuevas posibilidades que ofrecía la ciudad, como el río, el Madrid de los Austrias. Estuvo muy bien trabajar en casa y enseñar Madrid desde otros sitios.

Muchas gracias, Martiño.  




Laura Alfaro
@lauralpi @nuestraficcion 

Crítica Por un puñado de besos.

Ana de Armas y Martiño Rivas


Cuando se cuenta con actores como Martiño Rivas, Ana de Armas, Marina Salas, Andrea Duro, Joel Bosqued, Megan Montaner y Jan Cornet se sabe que es una película que no va a pasar desapercibida, ni para el público, ni para la prensa. Es lo que tiene vivir en un momento en el que la fama de sus actores parece ser el único indicativo de que una película tenga taquilla y por tanto se haga comercial. El problema es cuando se intenta hacer una historia diferente con una trama interesante (una chica seropositiva que intenta rehacer su vida) y se acaba convirtiendo en una ñoñeria con sobreexceso de azúcar más propia de las americanadas. La película tiene un buen comienzo, con unas frases filosóficas e interesantes que llegan a hacerte reflexionar sobre la vida y las relaciones, cuenta en ocasiones con un buen ritmo y hasta con unos diálogos interesantes y divertidos. El problema llega cuando esto no se sabe llevar, cuando la filosofía se convierte en frases de película Disney e infantiles, con un final muy precipitado, con personajes que parecen hadas madrinas y por tanto se convierte en algo completamente irreal.

Megan Montaner y Marinas Salas consiguen con sus interpretaciones salvar la película, ambas son maravillosas actrices y lo han demostrado en muchas ocasiones, esta vez no iba a ser menos. Martiño Rivas y Ana de Armas a pesar de la complicidad, el feeling que se nota entre ellos y que por ello traspasa la pantalla y se hace creible, no llegan a estar a la altura de otros personajes, y son los protagonistas, llegando a sobreactuar en ocasiones o a hacerse pesados (y eso que el personaje de Ana de Armas, bajo mi punto de vista, si se analiza resulta interesante). Pese a todo, entre los dos consiguen hacer escenas muy tiernas como la del baile o la de los chupitos.

Andrea Duro y Martiño Rivas


En resumidas cuentas, no se entiende como una película que podía contar una historia interesante (dos seropositivos jóvenes dispuestos a rehacer su vida con todos sus tapujos y problemas) da un giro tan lamentable llegando a convertir todo en una nube de azúcar, con un guión muy deficiente. También es verdad, que la película está basada en el libro Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre de Jordi Sierra i Fabra, habrá que leérselo y pensar a quién echamos la culpa.  

Estreno: 16 de mayo

Próximamente entrevista con Martiño Rivas