Crítica La chispa de la vida de Álex de la Iglesia

No soy muy aficionada a ver el tráiler de una película porque considero que más de una vez se les escapa información que se debería de descubrir mientras disfrutamos del film. Con La chispa de la vida de Álex de la Iglesia seguí mis principios y no ví ninguna imagen de la película. Sí que había leído entrevistas hechas a De la Iglesia y a José Mota y me interesaba saber que era ese “chispazo”. Por lo tanto, no tenía una idea totalmente formada sobre lo que me podría encontrar y me lancé a ve la película con la mente abierta.

La chispa de la vida empieza con la historia dramática de un publicista (José Mota) venido a menos. En el pasado realizó uno de los mejores anuncios de Coca-Cola pero su tiempo de gloria pasó y ahora está viviendo en el subsuelo del éxito, en el paro. A pesar de todo siente una adoración conmovedora hacía su mujer y su familia. Una relación que Álex de la Iglesia ha sabido plasmar con total maestría. Realmente sabe hacer que los espectadores quieran a esa familia y que sufran con ellos.

El principio, que puede llegar a hacernos pensar que estamos ante un drama realista que cuenta la situación de crisis actual, nos hace equivocarnos. De repente nos encontramos con un giro de 180º, en el que a través de una historia llena de especuladores, tiburones, donde la fama y el dinero se alzan frente a los valores, el director consigue hacernos reír y emocionarnos al mismo tiempo.

No puedo pasar por alto la magnífica interpretación de Fernando Tejero en el que le vemos realizando un papel muy diferente del que hasta ahora nos tiene acostumbrados. No hay duda de que se merecía una nominación a los Goya. Tiene dos papeles que deberían hacerle candidato. El de Cinco metros cuadrados y el de La chispa de la vida. Debo recalcar que frente a esta última me siento totalmente decepcionada. Su papel roza lo extraordinario y llega a hacer que le odiemos.

Otra actuación que me resultó desgarradora fue la de Eduardo Casanova. No puedo evitar acordarme de esa última escena saliendo de la tienda médica y de la mirada que lanza al frente, hace que todos los espectadores en ese momento nos sintamos como él. Su papel es pequeño pero a la vez muy grande por todo lo que él consigue transmitir, sinceramente otra nominación al Goya que echo en falta en estos premios.

Pero frente a estos dos papeles que a mi personalmente me resultan magníficos y que logran transmitir todo lo que sus personajes requieren y nos hacen meternos de lleno en esta historia, tengo una gran desilusión con los dos protagonistas. Jose Mota me sorprende, he dejado de ver al Jose Mota humorista y he empezado a ver a un buen actor. Pero aunque su actuación me sorprenda y me haga sentirme orgullosa de que el encasillamiento de actores se convierta en algo cada vez más lejano, en algunas escenas se extralimita y sobreactúa lo que provoca el desconcierto del espectador. Desde luego Salma Hayek no consigue transmitir todo el drama que el papel requiere, su interpretación podría haber sido muy recordada y pasará a ser una actuación más por la falta de dramatismo que ella le da a su personaje.

En lo que se refiere a la película, realmente Álex de la Iglesia me ha dejado totalmente asombrada. Consigue hacernos pensar sobre el mundo en el que vivimos y lo hace mezclando el drama y la comedia, algo realmente complicado. Es notable la crítica que realiza a la sociedad. La hace desde la ironía y a partir de una situación límite. Utiliza ejemplos realmente desgarradores (el accidente de los mineros) y consigue hacer que salgamos de la sala de cine preguntándonos, ¿por qué? ¿Por qué los seres humanos somos así? No puedo acabar la crítica sin hablar de los estupendos planos y giros de la cámara que hacen que la historia tenga un movimiento especial. Realmente impactante.



Fernando Tejero y Salma Hayek




Una de las escenas de la película




Jose Mota