Crítica de "El gato con botas" Animación con toque español

El gato más famoso de la ficción ha decidido separarse de Shrek y maullar en solitario. En que mala hora. El director Chris Miller ha cometido muchos fallos en su film de animación.
Primero, el humor que ha utilizado no es tan inteligente y brillante como el que disfrutamos en Shrek, sobre todo en sus dos primeras entregas (la tercera es bastante flojita también). Podemos admitir que la película está más dirigida a los niños que Shrek y, por lo tanto, los adultos no tienen que disfrutar tanto de ella como los más pequeños. Pero si añadimos al humor poco sugerente, unas tramas que transcurren demasiado rápido o todo lo contrario… el problema se agrava. Más aún cuando nos damos cuenta de que las escenas que pasan a la velocidad de la luz las acabamos agradeciendo, porque entendemos que la película durará poco.
El film de corta duración se acaba haciendo mucho más largo y, lo que es peor, la trama no engancha. Los guionistas han recurrido a un cuento viejo como el de Las habichuelas mágicas pero no han sabido sacarle originalidad ni creatividad a la historia. Ni siquiera el salero del gato protagonista logra darle sabor a esas habichuelas. Si pasamos a los personajes que le acompañan, ni la gata Kitty, ni el huevo, consiguen hacerse con el público.
En Shrek, este minino travieso, que habla con la zeta y pone ojos de cordero que encandilan hasta a los menos sentimentales, conquistó al público. Es decepcionante que un personaje tan estupendo, y que podía haber dado tanto de sí, haya caído en una historia soporífera.
Si añadimos a todo esto, que el gato no para de hablar en toda la película, porque no descansa ni para maullar, estamos ante otro gran problemas. ¿Cómo nos puede resultar tan pesado uno de los personajes de animación más querido?
Pero mirando el lado bueno de la película, la voz del gato a manos de Antonio Banderas, resulta encantadora. Nadie mejor que él para dar vida a este pequeño. Sin duda, lo mejor del film. Salma Hayek, en cambio, no acaba de convencer.