Entrevista a Adrián Lastra, protagonista de Fuga de cerebros 2

Primero triunfó encima de un escenario protagonizando musicales como: Hoy no me puedo levantar o 40, el musical. Su gran papel se lo dio Daniel Sánchez Arévalo con el primo José Miguel en Primos. En televisión fue saltando de una serie a otra, con algún que otro cameo pero fue la desaparecida hace poco BuenAgente la que le dió más solidez en la pequeña pantalla. Ahora se atreve a protagonizar la segunda parte de una de las comedias con mayor éxito en España: Fuga de cerebros 2. Adrián Lastra nos cuenta en esta entrevista su experiencia en su primer papel protagonista por completo y hacemos un repaso a su breve pero intensa carrera.

«Me da mucho vértigo que llegue el momento mediático. Aunque no creo que me pase»

Adrián Lastra
Protagonizas Fuga de cerebros 2 , la primera fue un éxito en taquilla y además eres fan de esta película en la que tuviste un cameo. Imagino que tras tu paso en Primos esta también habrá sido un gran regalo.
Cada vez que te dan un proyecto de algo es un regalazo. Aunque el mayor de todos es que después de hacer una película como «Primos» te llamen para protagonizar la secuela de un éxito como «Fuga de cerebros» .Te da vértigo, miedo, respeto… Y más aún hacer una segunda parte que aquí en España no se hacen casi. Pero coges el toro por los cuernos y dices: «Allá voy».
Además trabajas con actores que sabes que van a tener un público.
Claro, se piensa que la película va a ser un éxito. Esperamos que vaya bien en taquilla.
Esta película es uno de los estrenos más esperados. Por tanto, te vas a dar a conocer mucho más entre el público, sobre todo el joven. Con el miedo que te dan las alturas, ¿esto no te da un poco de vértigo?
Sí, pero no he pensado en el momento mediático, porque creo que no va a llegar. La popularidad te la da más una televisión porque te ven todas las semanas que un cine que la vas a ver una vez y ya está. Hay mucho vértigo en el caso de que llegue, pero no me lo espero. Si llega bienvenido sea y lo viviré como pueda, porque me da miedo. Soy un chico muy normal con todo el mundo, trato a todos por igual y me fastidia mucho la falta de respeto hacía el espacio ajeno. También está claro que te estas exponiendo a una vida pública. Si tú te quieres dedicar a esto, estas vendiendo tu imagen y tienes que vivir con ello. La gente que se queja tanto no lo entiendo. Si quieres trabajar en esto, probablemente tengas momento fama y tienes que aceptarlo.
La historia está cargada de gamberrismo pero también de amor. Con esto se puede entender que el amor es un poco gamberro.
Sí, pero también depende de como se trate. El amor que tiene Alfonso en la película no es gamberro. Al revés, es muy tierno. También es muy moral, se guía mucho por la ética y el decir: «Yo me he comprometido y me guió por mi cabeza y no por mi corazón». Pero lo que sienten los demás ,en general , es más gamberro. Por ejemplo el Cabra o el Ruedas que es todo un personaje.
En un rodaje como este imagino que habrá muchísimas anécdotas, ¿cuál recuerdas con especial cariño?
Las recuerdo con cariño todas. Pero en especial una que tuvimos que parar el rodaje y salir todo el mundo del set, porque no podíamos dejar de reírnos. Era la escena de la comisaría, en la que entra el policía bueno. No sé que forma tenía de hablar este hombre que empezamos a llorar de la risa. Todo el equipo enfadado, pero no podíamos dejar de reír. No era una falta de respeto, ni nos burlábamos de él, porque él tampoco podía parar. Tenía una dicción muy extraña. Hay muchas anécdotas, con animales, o cuando nos juntábamos los cinco amigos que no nos paraba nadie
Se nota mucho el buen rollo entre compañeros.
Claro, eso es genial. En realidad, también, estamos vendiendo una película que es una comedia. No podemos hacer una rueda de prensa, como yo muchas veces hago que me pongo muy serio, agravo la voz, me pongo muy didáctico (risas). Luego llega Canco, Alberto o Pablo y me meten un hachazo.
En mi opinión se empatiza mucho más con el personaje que tú interpretas que con el de Mario Casas en la primera película.
Son diferentes personajes aunque sean hermanos y también somos dos actores completamente diferentes. Yo tengo mucha complicidad, al fin y al cabo. Mi personaje Alfonso lo pasa muy mal, con mucha angustia, el pobre sólo sonríe en una escena en toda la película.
Durante la entrevista con Adrián Lastra
Esta película cuenta con dos actores que han dado mucho de que hablar. Uno de ellos es el Langui y otro David Hasselhoff. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos sobre todo con el segundo como buen seguidor de la serie El coche fantástico?
Trabajar con Juanma (El Langui) fue todo un descubrimiento. No llegué a ver entera El truco del manco y se lo dije. Pero sí que he visto otras muchas cosas de él. Cuando lo vi por primera vez en persona, me paralizó. No me imaginaba que su minusvalía fuese tan grave. Cuando tú lo ves te preguntas cómo puede hacer vida normal, pero tiene mucha fuerza de voluntad y afán de superación. Puede con todo. Yo me quito el sombrero, es un ejemplo a seguir. También es un actorazo porque en la primera escena que sale, que es la de los colacaítos, la gente se muere de risa. Nosotros tampoco pudimos aguantarnos en esa escena. Fue maravilloso. Trabajar con David fue un sueño, para mi es un ídolo. Porque cuando tenía seis años le veía conduciendo un coche y con diez corriendo por la playa. Luego lo ves en persona e impacta. Un tío de dos metros, con esa planta, tan carismático y tan humorista. Me reí muchísimo con él y eso que yo sé muy poco inglés. Muchos actores y artistas en España deberían ver y conocer a David Hasselhoff para saber como se tiene que ser tanto dentro como fuera de la pantalla. Porque delante de la cámara eres una estrella, porque brillas, porque tienes que tener ese ego para poder lucir. Pero fuera eres alguien normal.
¿Piensas que los actores tienen que saber como tratar al público?
Claro, yo no puedo con la gente que trata al público como si fuera basura.
 
¿Cómo ha sido trabajar con animales en Fuga de cerebros 2?
Está muy bien. Trabajar con animales es como con niños. Te da mucha cosa. Lo malo es que tú no puedes mandar callar a una oveja. Hubo un momento, en la escena de la unidad paliativa, cuando Alfonso tiene que matar animales, el director dio la orden de empezar, que es un momento en que todo el mundo tiene que estar en silencio y de repente oímos balar a una oveja. Encima si te pones nervioso, más ruido hace. También fue genial trabajar con un kinkajoo, yo nunca había oído de su existencia . Es de la familia de los koalas. Al principio iba a venir un lemur, pero este animal es igual de grande que mi tronco y llevarlo encima debía ser una pesadilla. El kinkajoo es muy extraño, como se ponga nervioso te engancha y no suelta. Hay que tratarlo con mucho cariño.
En esta secuela haces una de las cosas que más te gustan que es cantar y lo haces en el videoclip de la película con Pol 3.14. que es una de las canciones de la banda sonora. Imagino que esto fue otro regalo.
Tenía muchas ganas de conocer a Pol. Había escuchado muchas cosas de él. Me enseñaron la canción y yo pensé que era muy bonita y melódica. Además la ponen en una parte de la película que es clave. Pero me hubiese gustado cantar más.
En Primos que es tu primer papel protagonista tenías un personaje complicado con el que era muy fácil sobreactuar o llevar el personaje a la exageración. ¿Eras conscientes del peligro del papel cuándo lo estabas haciendo?
Claro, Dani también lo sabía. Me decía que no sabía como llevar el papel. Hasta que llegamos al punto en el que está José Miguel en la película estuvimos examinando todos los puntos posibles que podía tener el personaje. Hicimos el personaje desde la máxima exageración, hasta donde está ahora que es totalmente quieto y sólo jugar con un ojo.
Pero hacerlo estando quieto es aún más difícil que hacerlo sin parar de moverte.
Claro, para mi fue un reto porque yo no puedo estar quieto, soy puro nervio. Hubo mucho trabajo, pero lo hicimos entre todos los primos (Dani, Raúl y Quim). Cuando empezamos a ensayar con el personaje lo hicimos improvisando. En ningún momento íbamos con el texto aprendido.Dani decía que no quería porque no estaba seguro del guión. Cogíamos una escena, la leíamos y cuando sabíamos de que iba comenzábamos a improvisar. Con la escena de la boda estuvimos 20 minutos.
Adrián Lastra durante la entrevista
¿Cómo te llega ese papel?
Estaba haciendo 40, el musical. Dani era uno de los guionistas y me dijo que estaba escribiendo algo para mi. Cuando me dijo que era una película, yo no me lo creía. Nunca antes me habían ofrecido algo así. Al principio no me veía capaz de dar ese salto. Cuando me dio el guión, al principio eran cinco primos y me bloquee. Casi siempre lo hago. No me veía capaz de hacerlo porque lo veía escrito y mi personaje parecía un dibujo animado. Era un tío con un parche, que no se mueve, que no para de correr, el personaje antes gritaba mucho.
No me quiero ni imaginar cómo lo pasaste en la escena en la que tu personaje sale corriendo.
Tardamos una eternidad en grabar esa escena. Nos quedamos dos meses en Comillas. Durante ese tiempo estuvimos grabando un plano, o una secuencia de la localización. En esa escena, nos recorrimos todo el pueblo corriendo. Llega el primer día de rodaje de la película, primer plano, primera vez que hago cine, era el momento de la carrera, me preguntan que si estoy preparado y digo que sí. Yo había estudiado mucho a Buster Keaton para hacer a José Miguel y quería correr como hace Buster que es casi sin doblar las rodillas y muy tenso. En la primera toma me desgarré el aductor y ahora se me ha soldado el músculo pero está roto. Yo pensaba que me iban a echar de la película. Primer día y me lesiono. Con lo cual tuve que cambiar y correr de otra forma que parezco un caballo.
Y si se le añade el parche la complicación del personaje se hace mayor.
Claro, pierdes dimensión. Yo trabajé en 2D (risas) Fue muy duro, sobre todo cuando se te movía el parche o te chocaba con las pestañas. Hasta que encontramos un parche, eso fue otra locura. A pesar de todo, me ayudó con la escena del barco pirata para no marearme. El niño y yo nos montamos ocho veces seguidas.
Por lo menos ibas acompañado del niño.
Sí, pero el niño tenía once años. Hay un momento en esa escena que José Miguel levanta las manos y anima a Dani a que también lo haga. Una de las veces que la hicimos casi se nos muere el niño, estaba blanco. Le dieron dos calmantes para que no vomitase. Claro, a las cuatro de la mañana un crío de once años, encima yo me había tomado dos red bulls y estaba hiperactivo. Yo con toda la tensión dentro y veo al niño así, yo me asusté, pensaba que le daba algo.
Tras varios años encima de escenarios actuando y luego detrás de una cámara, ¿cuál se ha convertido en tu papel soñado?
Me gustaría trabajar, eso está claro. Pero por soñar, me encantaría un yonkie, pero no el moderno. Sino el ochentero, el que tiene la voz rota que se mete heroína, crack, y todo por vena. Interpreté un personaje parecido en Yo no me puedo levantar que era Colate. Me gustaría, sobre todo, por hacer algo diferente, pero ya llegará.
Con el miedo que te dan los fantasmas…¿ te animas a una de miedo?
Sí, claro. Me llama la atención todos los géneros, ya sea de terror, de acción. También haría de miedo, aunque estaría acojonado, pero supongo que también me ayudaría a superarlo en la vida real. Los actores estamos interpretando para enseñar emociones o transmitir algo. Para mi, sería muy fácil porque estaría temblando en realidad.
Muchísimas gracias a Adrián por su tiempo y paciencia. Desde aquí esperamos que Fuga de cerebros 2 vaya muy bien y podamos verle pronto en otras muchas películas.
Adrián Lastra al finalizar la entrevista